martes, 26 de mayo de 2015

Tesis de Arquiectura

No se necesita demasiada experiencia de vida para saber que algunas oportunidades sólo llegan una vez.

Muchas personas inician un proyecto y el segundo paso -después de soñarlo bastante, claro está- tienden a buscar quién se lo lleve a hechos. En la mayoría de los casos este papel lo juega un Arquitecto, y da la casualidad que gracias a influencias paternales y profundas reflexiones de una corta pero recargada infancia, quien escribe, está próximo a graduarse de esta menospreciada pero útil profesión.

La mayoría suele pensar que no necesita un Arquitecto, pero somos la misma mayoría la que no sabe organizar ni su propio día. Resulta que son años en la universidad más bien aprendiendo a organizar no sólo espacios sino el tiempo de uno mismo para incluirse en cuanta actividad social, artística, cultural o de lo que sea se le atraviese, teniendo un sinfín de planos y maquetas que terminar en los mismos días, y además siempre queda tiempo para compartir con los amigos.

Dado que este escritor vivió en carne propia esos preciosos años de estudios universitarios en que aunque tuviera ese título fue quizás la actividad en que menos participé, ahora entro en la añorada como frustrante etapa final en la que uno debe "demostrar lo aprendido" por medio de un último proyecto arquitectónico como estudiante, y guiado por un experto en el tema.

Oportunidades así, que mejor manera de aprovecharlas que en proyectos que después más bien anhelen asesoría, y además, por más que se haga más extenso, a la larga "se inyectan 2 pájaros de un tiro" (no se puede decir la frase original por estar fuera de contexto).

*Escribí la palabra "tesis" en el título en mayúsculas antes de cambiarla, dada la costumbre inconsciente de que debe llamar la atención para obligarme a trabajar en ello aunque eso no impide que de todos modos ni mire la carpeta o el archivo, ahora creo que la mejor manera de trabajar en algo personal es realmente compartirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario